APRESADO, con una camisa de fuerza cuyos cierres de seguridad limitan mis movimientos, impidiendo desplazarme, a partir de ahora el tiempo será una losa mientras permanezca aferrado.
CONTENIDO a la vez en un frasco herméticamente sellado, cuyo aire tiene fecha de caducidad, descomprimiendo mis pulmones lentamente, si no logro abrirme paso me devorará la Anoxia.
OCULTO al mismo tiempo en una caja agujereada, a través de la cual cientos de ojos, expectantes, seguros tras su parapeto, observan y analizan lo que ocurre en su interior, donde me encuentro a su merced. Si logro no evitar sus miradas, dejaré de estar encerrado.
ABANDONADO, en medio de un desierto inhóspito cuyo olor, húmedo y constante, me hace creer que hay agua en alguna parte. Envuelto por toneladas de arena que me dificultan la orientación dentro de esta Nada. Si no consigo hidratarme, desfalleceré y seré engullido por la naturaleza.
RESIGNADO, he llegado a la costa y, vislumbrando el horizonte, se que tengo que elegir: me resigno a morir en la playa, o a introducirme hacia el azul INFINITO, y no dejar de nadar, aunque la ultima brizna de energía que poseo pueda evaporarse y me haga perecer ahogado en el frío océano.
Nada asusta mas que la victoria, ni siquiera la propia derrota. Nunca somos igual de justos o contemplativos con la posibilidad de cambio que con la conservación del status quo. Cuanto mas tenemos que ganar, mas tendemos a echarnos para atrás. Cuanto mas influye el azar, menos nos da que pensar.
Pero YO no puedo evitar pensar que, si he llegado hasta aquí… prefiero extinguirme que renunciar a la esperanza, porque se que EXISTE. Así que me dejo llevar por la corriente, maldiciendo mi destierro, ardiendo por dentro, diluyendo mis lágrimas con mi entorno, afirmando que, algún día, mis deseos se cumplirán… mientras mi voz se aleja hacia la inmensidad, a la espera de un futuro mejor…
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